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LA ROCA
Carlos Bugarin
Sombra
persistente y tenaz.
Sombra
pegajosa y pesada...
Ecos
insoportables de la perversa conciencia.
Ideas
recurrentes rebotadas desde el olvido
Estoy
desesperadamente tranquilo,
hueco
de tanto vac�o y de aromas viejos.
Mirando
como se deshacen en el mar
para
siempre los barcos fantasmales
devorados
sin piedad por el horizonte.
Mi
tosca barcaza arrastrada por la corriente
es
el estandarte de este
pat�tico desfile.
Mi
resto, que ser�a la gloria de unos cuantos mortales
no
es otra cosa que la implacable derrota de mis sue�os.
Respir�
el aire puro de las cumbres
Reconoc�
una voz entre la multitud
rugiente
Goc�
de una caricia entre todas las caricias.
Y
entre tantas ausencias, solo me duele
su ausencia
Ella
fue roca y es arena
Y
yo un torpe pu�o que intent� retenerla en vano
El
viento de los tiempos terminar� por dispersarla
en
los desiertos de los sue�os desgranados.
Quedar�
para el recuerdo ese destello,
El
de la chispa que desprenden los f�rreos metales
que se rozan
Y
esa luz ser� visible desde la estrella mas distante,
donde
van a parar los amores
imposibles.
�l,
mi Dios, seguramente
sonreir� al
cerrar su libro
haci�ndole
un doblez a la �ltima
p�gina de mi vida.

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